En 1878, Émile Reynaud presentó Le Jeu du Volant, una breve animación que muestra a una niña rebotando un volante sobre una raqueta. Esta escena, cargada de ritmo y delicadeza, es un ejemplo temprano del interés de Reynaud por retratar juegos infantiles mediante imágenes en movimiento.
En 1881, Eadweard Muybridge capturó en placas secuenciales (plates 125–126) la marcha intermedia del caballo conocida como medio galope o canter. Esta cronofotografía pionera reveló la mecánica exacta de esta velocidad intermedia entre trote y galope, clave para biomecánica, arte ecuestre y cine científico.
En 1881, Eadweard Muybridge registró la marcha regular de un caballo mediante una serie de fotografías secuenciales, conocida como *plates 123–124* de su colección. Esta cronofotografía pionera permitió analizar con precisión cada fase del paso, revolucionando la comprensión del movimiento animal.
En 1878, Émile Reynaud presentó Le Jeu de Grâces, una animación que muestra a dos niñas jugando al tradicional "juego de las gracias". Este corto destaca por la elegancia y fluidez del movimiento, capturando un pasatiempo popular de la infancia burguesa del siglo XIX.
En 1878, Émile Reynaud presentó Le Fumeur, una animación que muestra a un hombre fumando relajadamente mientras un perro juguetón salta a su alrededor. Esta breve escena combina la tranquilidad burguesa con un toque de humor y dinamismo animal.
En 1878, Émile Reynaud presentó L'Hercule, una animación que muestra a un musculoso forzudo levantando un bloque cúbico sobre su cabeza. Esta pieza captura la fascinación por la fuerza física y el espectáculo circense, representando uno de los arquetipos más populares del siglo XIX.
En 1878, Émile Reynaud presentó L'Équilibriste, una animación que muestra a un artista de circo realizando un número de equilibrio sobre su espalda. Esta escena exhibe la precisión técnica y la observación anatómica de Reynaud, consolidándolo como pionero de la animación precinematográfica.
En 1878, Émile Reynaud presentó La Glissade, una animación que muestra a un grupo de niños deslizándose sobre hielo y saltando desde un tocón de madera. Esta escena captura la esencia del juego invernal del siglo XIX y demuestra el dominio de Reynaud en la animación fluida y natural mediante su praxinoscopio.
En 1878, Émile Reynaud presentó Le Déjeuner de Bébé, una breve animación coloreada a mano donde un bebé es alimentado en su silla. Este corto captura la ternura de la infancia y demuestra la sensibilidad de Reynaud para representar gestos expresivos en movimiento mediante su praxinoscopio, precursor del cine.
En 1878, Émile Reynaud presentó La Balançoire, una breve animación que muestra a dos niños jugando sobre un balancín improvisado. Esta escena captura la inocencia de la infancia y demuestra la capacidad de Reynaud para animar gestos cotidianos mediante su praxinoscopio, precursor del cine moderno.