Atleta caminando 1 muestra a un sujeto masculino desplazándose de forma natural por una pista plana, capturado en perfil. La secuencia, tomada con iluminación lateral y fondo neutro, permite estudiar la mecánica de la marcha humana: la oscilación de los brazos, la alternancia de las piernas y la coordinación general del cuerpo en movimiento cíclico.
Esta secuencia fotográfica, realizada por Eadweard Muybridge en 1881, muestra con precisión el galope de un ciervo en plena carrera. Forma parte del monumental proyecto Animal Locomotion, encargado por la Universidad de Pensilvania, con el que se sentaron las bases del análisis biomecánico moderno en animales.
Esta secuencia fotográfica, tomada por Eadweard Muybridge en 1881, muestra con detalle las distintas fases del galope de un ciervo. Fue parte del proyecto Animal Locomotion, llevado a cabo en la Universidad de Pensilvania, y es considerada una obra clave para el desarrollo de la biomecánica y el cine científico.
Esta secuencia fotográfica, realizada por Eadweard Muybridge en 1881, muestra con precisión científica el desplazamiento de un ciervo a la carrera. Forma parte de sus estudios pioneros sobre la locomoción animal, desarrollados con el sistema de cronofotografía en la Universidad de Pensilvania, y se considera una de las aportaciones más influyentes en el cruce entre ciencia, arte y cine.
Esta secuencia fotográfica, tomada por Eadweard Muybridge en 1881, muestra con precisión científica el trote de un ciervo durante media zancada. Forma parte de su proyecto Animal Locomotion, realizado en colaboración con la Universidad de Pensilvania, y fue clave para el avance del estudio biomecánico del movimiento animal.
Esta secuencia fotográfica, realizada por Eadweard Muybridge en 1881, muestra con precisión científica el trote de un caballo tirando de un sulky. Fue parte de sus estudios pioneros sobre el movimiento animal, desarrollados en colaboración con la Universidad de Pensilvania, y dio lugar a avances cruciales en biomecánica, arte y cinematografía.
Entre 1877 y 1879, Émile Reynaud creó 30 cortometrajes animados en forma de tiras ilustradas para su invento, el praxinoscopio. Estas obras fueron proyectadas por primera vez en la Exposición Universal de París de 1878, y hoy se consideran las primeras películas animadas de la historia.
En 1878, Émile Reynaud presentó Zim, Boum, Boum, una animación cómica protagonizada por un músico callejero que actúa como "hombre orquesta". A través de movimientos repetitivos y coordinados, el personaje toca varios instrumentos de percusión simultáneamente, como bombo, platillos y pandereta, generando un ritmo visual continuo que anticipa la musicalidad del cine animado.
En 1878, Émile Reynaud presentó Les Scieurs de Long, una animación realista que representa a dos obreros serrando un tronco. Esta escena, centrada en el trabajo físico y sincronizado, marca un giro temático hacia los oficios tradicionales dentro de su serie de animaciones para el praxinoscopio.
En 1878, Émile Reynaud presentó Les Chiens Savants, una animación pintada a mano que muestra a dos perros amaestrados guiados por un niño entrenador. Esta escena circense y repetitiva captura el espíritu del entretenimiento ambulante del siglo XIX.