Origen y Evolución de los días de la Semana

Origen y Evolución de los días de la Semana

22/01/2024 (última actualización: 22/01/2024)
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¡Hola, profesores y educadores! Hoy nos embarcaremos en una fascinante exploración histórica y astronómica: el origen y la evolución de los días de la semana. Este viaje nos llevará desde las antiguas civilizaciones hasta la configuración contemporánea de la semana, descubriendo cómo los días de la semana han estado intrínsecamente vinculados con la astronomía y la cultura a lo largo de la historia.

Origen y Evolución de los Días de la Semana


En las primeras etapas de la historia humana, al descubrir el ciclo solar, las personas notaron la posibilidad de cuantificar el paso del tiempo y determinar la edad de alguien según la cantidad de transiciones experimentadas desde el invierno hasta la primavera. A medida que se profundizaba en el entendimiento del ciclo anual, se logró segmentar dicho ciclo en cuatro estaciones trimestrales, aunque con cierta convencionalidad, dado que las estaciones nunca mantenían una duración uniforme ni eran completamente idénticas entre sí.

La semana de siete días tiene sus raíces en el calendario lunar, utilizado por diversas culturas antiguas. Entre dos fases lunares hay aproximadamente una semana de siete días. Los egipcios, por ejemplo, dividieron el mes lunar en cuatro semanas de siete días, añadiendo cinco días epagómenos para sincronizar el calendario lunar con el solar.

En la antigua Roma, los días de la semana fueron nombrados en honor a los dioses y planetas. El emperador romano Augusto fue quien estandarizó estos nombres, como parte de su reforma del calendario. Estos nombres reflejan la influencia de los dioses romanos y sus equivalentes griegos en la mitología y la astronomía.

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En diversas lenguas, los dioses grecorromanos encuentran sus equivalentes más o menos precisos en las deidades germánicas. De esta manera, el dios germánico de la guerra, Tiw (tuesday), asume el lugar del marcial Marte de la mitología grecorromana. El principal dios germánico, Woden (wednesday), se equipara al dios secundario Mercurio. El destacado dios guerrero Thor (thursday) representa una versión del significativo Júpiter. Asimismo, la diosa de la fertilidad Freya o Frigg (friday) se corresponde con la diosa del amor Venus en el panteón grecorromano.

La adopción de la semana de siete días se consolidó con el cristianismo, basándose en la narrativa bíblica de la creación en siete días. Con el tiempo, la semana de siete días se convirtió en un estándar global.

En ciertos sistemas calendáricos revolucionarios, se produce una alteración en la duración de la semana, con un cambio en su denominación. Esto se debe a que etimológicamente, la palabra "semana" tiene su origen en el término "siete" (septem en latín).

Década francesa Durante la Revolución Francesa, se estableció una semana de diez días, la cual fue abolida por Napoleón. En el calendario republicano francés, el año se divide en 36 "decades" (períodos de 10 días) y 5 o 6 días adicionales. Incluso en la actualidad, el término "decade" se utiliza para referirse a un período de 10 días, mientras que para designar una década o período de 10 años se emplea "decennie" (decenio).

Soviética La Revolución Rusa introdujo una semana de seis días, compuesta por cinco días laborables y uno de descanso, que perduró hasta 1940. En el calendario revolucionario soviético, se reemplazó la semana de siete días por una de cinco, con el objetivo de eliminar las connotaciones religiosas asociadas al sábado y al domingo. Sin embargo, esta iniciativa, implementada gradualmente en 1929, tuvo una duración de solo dos años, hasta el 1 de septiembre de 1931. Durante los nueve años restantes en los que se utilizó este calendario revolucionario, se adoptó una semana de seis días con un día fijo de descanso, programado para el 6, 12, 18, 24 y 30 de cada mes. El último día de los meses con 31 días se consideraba un día laborable adicional, fuera del ciclo normal de seis días. El 26 de junio de 1940, se restableció la semana de siete días.

En 1988 se firmó la norma ISO 8601, que establece que la semana comienza el lunes y finaliza el domingo. Esta norma es la que se sigue en la inmensa mayoría de los países del mundo. Sin embargo, en los calendarios litúrgicos y en algunos países, la semana comienza el domingo.

Así, los días de la semana no solo son una parte esencial de nuestra rutina, sino que también reflejan una rica historia que combina mitología, religión y astronomía. Estos nombres han perdurado a lo largo de los siglos y siguen siendo una parte fundamental de cómo organizamos nuestro tiempo.


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Originalmente publicado 22/01/2024
Ùltima actualización 22/01/2024

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